Estamos en una época de revolución de los métodos de trabajo. Se está demostrando que un equipo motivado, autoorganizado y con visión de producto es capaz de dar valor al cliente de forma rápida mientras aprende lo que va necesitando. Hemos aprendido a trabajar en equipo, colaborar, estimar en equipo, planificar en equipo… Prácticas como el mob-programming en las que un grupo de desarrolladores trabajan en un mismo código con un mismo teclado están creando tendencia. Estamos abriendo las oficinas, quitando muros y juntando mesas para que haya comunicación entre todos los miembros, para que se vean y se oigan fácilmente y la comunicación osmótica fluya.
Sin embargo, todo esto tiene un límite. Estudios recientes están demostrando que la colaboración puede llegar a ser excesiva cuando impide conseguir los objetivos personales de los miembros del equipo. Actividades de colaboración (reuniones, responder preguntas, hacer coaching a un compañero, conectar por escritorio remoto para ayudar a un colega, etc …) puede llegar a suponer más del 50% del tiempo disponible de trabajo.
Además, se está demostrando que alrededor del 25-30% del valor añadido en estas colaboraciones es aportado por solamente el 3 ó 5% de los miembros. Son estas personas que están continuamente en reuniones o resolviendo preguntas. Su experiencia les ha convertido en personas indispensables a la hora de tomar cualquier decisión. Y esto desde cierto punto de vista está bien pero se acaba generando un círculo vicioso que hace que cada vez estas personas sean más indispensables y tengan menos tiempo para su trabajo personal.
Igualmente también nuestros adorados espacios abiertos se están convirtiendo en un problema. El ruido de conversaciones, notificaciones de los teléfonos móviles, sonidos de teclado pueden llegar a anular totalmente la capacidad de concentrarse en el trabajo. Según la comunicación osmótica es importante el valor añadido que puede dar una idea tuya que das por haber oído una conversación cercana o lo que puedes aprender de esa conversación. Pero estos hechos muchas veces son tan aislados que no compensa la falta de productividad que genera el no poder entrar en flujo por culpa del ruido ambiental.
La respuesta está en ser generoso hacia el equipo con el tiempo personal pero también darle un gran valor. Cosas que se pueden hacer:
- Saber decir que NO.
- Priorizar las peticiones de ayuda (informativas, persuasivas y de tiempo).
- Obligarse a tomar tiempo de concentración (pomodoros) con los auriculares puestos para evitar interrupciones.
- Gestionar bien las reuniones. JGI
- Gestionar correctamente el email y los sistemas de mensajería interna.
Fuentes
https://hbr.org/2016/01/collaborative-overload
http://time.com/money/4160139/collaboration-teamwork-lower-productivity/
https://hbr.org/2015/12/muting-unwanted-noise-in-an-open-office