Reflexiones del CAS 2011. Oda a la HUMILDAD del Agilista

He pasado dos días increíbles en la Conferencia Agile Spain 2011. Felicidades tanto a la organización como a todos los ponentes por la calidad de sus charlas. Después de 24 horas y un par de reflexiones hay unas cosas que me gustaría compartir.

Lo que más me ha sorprendido es la capacidad de reírnos de nosotros mismos que he visto como común en todo agilista que ha asistido. Tanto los ponentes de las keynotes como Rainsberger  que se ríe de su nivel de español; los ponentes de las charlas como Enrique Comba se reía de si mismo cuando apareció como un mega-comercial psicodelico y David Bonilla que lo hace como nadie y mostró que en Atlassian eso es incluso una filosofía de trabajo. Todos y cada uno de nosotros tenemos gran capacidad de reírnos de nosotros mismos y para tener esa capacidad hay que tener otra que es casi más importante, la HUMILDAD. Sí, lo he escrito con mayúsculas.  No porque lo diga gritando sino porque hay que darle a la palabra la importancia que se merece.

Los agilistas tenemos la humildad suficiente para decir: «Sí. Cometemos errores programando, por eso lo primero que hacemos es el test»

Los agilistas tenemos la humildad suficiente para decir «Sí. Es posible que no entendamos bien lo que nos pides que te desarrollemos, por eso te lo vamos a enseñar lo antes posible y así nos lo puedes rechazar aun cuando estamos a tiempo».

Los agilistas tenemos la humildad suficiente para decir «No. No podemos llegar con todo lo que nos pides en la fecha indicada, por eso vamos a ir entregando lo más importante paulatinamente. Por favor, no insistas en tenerlo todo.  Si lo haces te haremos un producto de baja calidad»

Es posible que el  resto del mercado del desarrollo del software  diga que sí. Que sí que puede hacer todo lo que se pide en una calidad indiscutible y por supuesto en la fecha que necesita el cliente. Ese tipo de gente que vende desarrollo de software normalmente no se ríe de si misma y va siempre en trajes negros con gafas oscuras y pelos pincho (¿os suena?). Pronto hablaré del traje de negocios, lo que significa, lo que comunica por qué hay que evitarlo. Una vez me dijeron que si se va con traje a ver al cliente se puede cobrar más. Los clientes actualmente confían más en la profesionalidad del propio traje, da igual quien lo lleve. Espero que pronto cambie esa mentalidad y realmente se confíe más en gente que suele ir con camisetas de Spiderman. Esa gente que gasta su dinero y su tiempo en hacer su trabajo lo mejor posible y dar el máximo valor. Esa gente que se va a sentar al lado del cliente a ver cómo trabaja desde el primer momento y ofrecerle lo que realmente necesita.

En la conferencia he aprendido que ese cambio de mentalidad es posible y es necesario. Necesario para que España y el mundo salga de todas las crisis. Hagamoslo realidad entre todos y extendamos esta visión.

“Maduramos el día en que nos reímos francamente de nosotros mismos.”

Albert Einstein

Un comentario sobre “Reflexiones del CAS 2011. Oda a la HUMILDAD del Agilista”

  1. Humildad y honradez, si señor. Estoy contigo. Yo me fío menos de uno con traje que se preocupa más por proyectar una imagen que de un profesional con la camiseta de Spiderman que se centra en hacer un buen trabajo.

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